sábado, 29 de noviembre de 2008

Tras la puerta II

Abrir la puerta
y sentir el abismo a los pies

Jugar al borde
buscar el filo

Caminar en pasitos de cornisa
y en el segundo menos pensado

caer

de bruces
circular
rendida

en caída libre
en tierra
y a oscuras


Caer

en cruces sin nombre
en lápidas sin futuro
en entierros ajenos
en el pasado olvidado
y en los destinos inciertos
en el mar de unos labios sin boca ni besos
en la pesadilla eterna de los vivos
y el sueño constante de los muertos
en el colchón que te espera cada tarde…

Y volver

lunes, 24 de noviembre de 2008

Tras la puerta I

Quizás detrás de la puerta me espere un calor envolvente , como de vientre materno. Un mundo sin luz, sin abrazos, sin latidos o tal vez la luz me invada y mis ojos nazcan y miles de vidrios estallen en vidas.
Quizá los sentidos se cubran de blanco y todas las voces del mundo me lleguen cobijadas en tu voz . Tal vez me vuelva deseo eterno, alma en pena, sueño ausente o, cruce la puerta y me vuelva miedo. A no tenerte, a no encontrarte siquiera en sueños, a que te escapes de mis manos y te diluyas antes de poder rozarte, a que no llores, no te rías, que no crezcas. Miedo a que no llegues mi Nannerl pequeña.

Será por eso que me quedó del otro lado, a la espera de que mis pesadillas no despierten.

martes, 18 de noviembre de 2008

Lo que quedó




Lo malo del después son los despojos
Joaquín Sabina



El casco, la moto y vos. Las tardes en Costanera y las callecitas de San Telmo. Una pulsera punto peruano y tres mil maneras de engarzar el tiempo. El piso de cemento de un refugio en cualquier parte. Una sentencia grabada en la pared. Tu casa y los techos fríos, la ventana a medio cerrar y Julia durmiendo en nuestros brazos. El acolchado blanco y negro de la cama voladora que jamás compramos. Bob Marley esperando en vano e Ismael cansado de gritar. Una banda pensada para dos. Tus celos y mis ganas. Zapatitos blancos en árbol de Navidad. Las miles de veces que te amé. Tu cámara de fotos y las baterías sin cargar, el mundo dado vuelto con la excusa de una lluvia esquizofrénica, un mensaje de texto, punto final.

martes, 11 de noviembre de 2008

¡Basta!

Eva cierra los ojos fuerte, muy fuerte. Eva sabe que si los abre ya no podrá soportar los pasos tambaleantes de Juan en la madrugada, ni su aliento a alcohol barato contra la mejilla mientras la penetra con rabia y ella le ruega a la Virgencita que hoy, por lo menos hoy, no le pegue. Eva sabe que el día en que el miedo se vaya y ella pueda abrir sus ojos no habrá paredes capaces de contener sus lágrimas de princesa rota, de vestidos de tul rosa rasgados, de sueños desparramados por el piso.



En el medio de la noche los ojos de Eva se abren al mundo y su garganta emite un grito profundamente herido. En la oscuridad de la noche, el grito atraviesa el silencio y llega a miles de puertas cercanas. Ninguna se abre.