sábado, 23 de agosto de 2008

Flagelo


Volabas, y la humedad te sacó de un sueño.
Creíste haber vuelto a tu costumbre fuertemente arraigada de mojar la cama por las noches; pero no. La luz que entraba por la ventana que olvidaste abierta, te mostró el rojo de tu colchón bañado en sangre. Corriste a darte una ducha pero todavía faltaban dos horas para que el despertador osara arruinar tus sueños.
El miedo al baño de sangre te volvió bicho-bolita acurrucada en un rincón oscuro de tu living. Jugaste a ser invisible pero amaneció, como cada mañana, y sentiste miedo de tu propia sombra.
Fuiste hasta el cajón y sacaste el pantalón de raso negro. Una pierna, luego la otra y escuchaste el ruido de la costura al romperse. No fue lo único que no resistió más.
Sacaste hilo y aguja del botiquín y sellaste tus labios contra el raso negro sin derramar una lágrima.
Para que nada más entrara, para que nada más saliera.

domingo, 10 de agosto de 2008

Simbolos

Vos sentado a la derecha de Padre y yo siempre a tu izquierda.Sillas atornilladas al piso, inmóviles, y yo que camino en sueños. Las sillas siguen ahí, y vos y él. Atado cada uno a su lugar con alambres de púas. Quise moverlos pero no pude: las estatuas de cera no caminan.


Mi silla rosa miniatura clavada al piso entre las sillas azules; ellas fijas. Pero a veces es peor. De vez en cuando se mueven y bailan alrededor mío, pero a mi me siguen dejando clavado, inmóvil, casi muerto. Quiero salirme y no puedo; quisiera obligarlos a moverse, pero tampoco funciona. En puntas de pie, escabulléndome, me aleje de mi silla. Caminé alrededor de ellos que seguían sin verme, les revolví el pelo, jugué a las escondidas. Seguían estáticos, en la misma posición de antes, sus miradas en blanco fijas en sus no-ideas, en la preponderancia del azul hasta que el ruido de un vaso que tiré al piso en mi intento por colgarme del techo, los despertó.

lunes, 4 de agosto de 2008

Para corazones heridos

Desperezarme tu ausencia obligada de lunes por la mañana
y olvidarme
por un rato
de tu cuerpo

Llorar con letras tu ausencia

Encontrarte en algún cine

Sacarme con tu mano
la máscara de la comehombres que nunca fui

Para volver a ser cachorros
a lamernos cada herida, cada lágrima
a dormir enredada en tu cuerpo y despertar
otra vez
sin vos